Manuel Ussá

Manuel Ussà, uno de los más originales microminiaturistas del mundo.

Significado de su obra.


Manuel Ussà es un humanista ecológico, un renacentista moderno que desde niño ha sentido una enorme fascinación por la naturaleza que le rodeaba. Las noches al raso observando el firmamento cuajado de estrellas junto a los pastores que cuidaban los rebaños de su abuelo, y los interminables recorridos por el territorio de su infancia, observando las manifestaciones de la existencia, tanto animal, como vegetal o mineral, produjeron en él un deslumbramiento que generó la intensa vocación artística que ha sabido mantener intacta hasta el momento actual.

Dotado de una enorme vitalidad y extraordinaria fuerza física y mental, pasear con él por el campo, conocer de cerca la diversidad de su obra, visitar sus museos, disfrutar en definitiva de su compañía y de la riqueza de su verbo siempre cálido y confortante, es una experiencia inolvidable. Llama la atención la gran unidad que existe entre el hombre y su trabajo, aún siendo conscientes que mantener esta unidad ha sido precisamente la labor que ha dedicado su vida entera: La conjugación obligada del Hombre con la Naturaleza y el respeto profundo hacia todos los seres de la creación, incluidos nosotros mismos.

Sus obras, sean estas de colosales dimensiones o diminutos fragmentos de materia, tallados y policromados con maestría por sus entrenadas y pacientes manos no hacen otra cosa que manifestar el profundo amor que Manuel Ussà siente por la vida. Sus obras, en las que frecuentemente se visualiza un juego de escalas y proporciones, observan un permanente diálogo entre la naturaleza humana y la totalidad; entre el hombre y el universo material en el que está inmerso, igualándolo en dignidad con el resto de formas de la creación por mínimas que estas sean. Una manera lúcida y entrañable de interpretar la realidad, de articular una interacción positiva con nuestro entorno. Una visión profundamente ecológica de la vida; nunca pretender el dominio del hombre sobre la naturaleza -a la que solemos manipular y explotar como si fuera un recurso ilimitado-, sino establecer lazos equilibrados con la creación, en los que cada cosa encuentre su propio lugar, su necesaria razón de ser.

El Universo tiene un asombroso paralelismo entre lo macro -las galaxias- y lo micro -las células, los átomos-. Hay una simetría entre las extructuras de las galaxias y las de la célula. Ussà, consciente de esto, nos transmite con sus microminiaturas un mensaje de respeto hacia toda forma de vida. Nos enseña a valorar la infinita pluralidad de las cosas sumergiéndonos en el mundo microscópico de la existencia. Incorpora la figura del hombre y de la mujer, en un tamaño miniaturizado, fundido en fraternal abrazo con las demás especies de la creación -en este caso diminutas, con las que convivimos sin apenas darnos cuenta- en una relación armónica de igualdad.

Ussà, con inquietantes obras -sólo visibles al ojo humano mediante el uso de potentes lupas de aumento-, nos hace conscientes de un mundo oculto. Un mundo que la poética de su arte hibrido transforma, donde seres de distintas especies, procedencias y condiciones, dialogan y conviven inmersos en el gozo de su ciclo vital.

Las siempre emocionantes obras de Manuel Ussà están dedicadas a las especies diminutas de la Naturaleza, con la esperanza de un mundo que se desarrolle dentro de los cauces de la coexistencia pacífica de todos los seres de la creación. La belleza y frescura de sus microesculturas obtienen máximo esplendor en obras y colecciones cuyos títulos sugieren la magia de su extrema delicadeza.

♦  Mujer en el jardín que existe dentro de una flor.
♦  Surrealismo de una hormiga tocando el violín sobre un cuarzo rosa.
♦  Autorretrato tallado en un grano de arena.
♦  Desnudo de mujer modelada en la línea espiral de un fósil.
♦  Los fusilamientos de Goya pintados en un grano de arroz.
♦  Cuadros de Tiziano, Rubens, Velázquez y Goya pintados en semillas.
♦  Amantes sobre el caparazón dorado de un insecto.
♦  Hibridación de mujer e insecto.
♦  Hombre verde surgiendo de una semilla vegetal.
♦  Desnudo de mujer dentro del ojo de una aguja.
♦  Caracol humano.
♦  Desnudo sobre el campo de estrellas en la textura de una hoja de tabaco.
♦  Labrador abriendo surcos sobre la pluma de un gorrión.
♦  Corazón de la naturaleza dentro de un caracol.
♦  El árbol de los frutos humanos.
♦  Mujer injertada en una flor amamantando a un insecto que humaniza.

Y otras numerosas obras donde la microminiatura más original alcanzan una nueva poética.